No se habían visto nunca, pero sabían que coincidían en algo: ambos tenían un sentido del humor ácido e irónico, un arma efectiva para lidiar con la cotidianidad. Se seguían en Twitter, pero no interactuaban mucho hasta que un "junte tuitero” provocaría que se conozcan en persona.
La comunicadora social Naira Abal Camargo y el arquitecto Sergio Méndez Tellería se casaron el 1 de octubre de 2016. El hashtag de su unión #BodaNyDez fue tendencia en Twitter.
No podía ser de otra manera. Fue en esa red social que, siquiera antes de imaginar conocerse en persona, sabían detalles de la personalidad del otro, coincidencias, temas de interés y posiciones frente a la vida, la política y, por qué no, las formas de hacer catarsis frente a lo que les molestaba. Algo que es frecuente con los habitantes de esta red social o tuiteros.
A diferencia de lo que se pueda suponer, aquello de que debe existir una distancia entre la persona virtual y persona física no se aplica a ellos. No hay mucha diferencia entre lo expresan en Twitter y cuando se toman un café con sus amigos.
"Cuando hicimos el ‘junte tuitero’ ya teníamos una idea de cómo pensaban las personas que íbamos a conocer. Hay un hilo conductor para los temas. Nos quedamos ahí y charlamos un montón, era como encontrarse con gente que te llevas bien”, detalla Sergio.
#JunteTuitero
"Por lo general, cuando conoces a alguien y te gusta, estás en plan de conquista; pero eso implica mostrar la parte más bonita de uno como ser humano y creo que este grupo de amigos (con los que interactuaba en Twitter) ya sabían que cuando me molesto ‘rompo todo’”, comenta Naira, nacida de Potosí.
La idea del hacer el junte surgió porque Naira, a pesar de vivir algún tiempo en La Paz, en mayo de 2015 había terminado una relación que era demandante. Decidió que sería interesante hacer amistad con personas con las que tenía coincidencias. Sergio también había concluido una relación meses atrás.
Cuando se busca en Google "amor en tiempos de Twitter”, se encuentra un documental, videos, artículos, noticias desafortunadas, entre otras publicaciones.
En otros países conocer personas o entablar algún tipo de relación con ellas a través de Twitter, u otra red social, no es algo fuera de lo común. Las páginas en internet específicas para hallar el amor son muy populares.
Sin embargo, en este caso, Twitter fue sólo el punto de partida para que ambos se conozcan y sean amigos hasta que la relación evolucione en amor.
El "junte tuitero” se dio en el café Rayuela. A ese grupo de cinco personas que se conocieron esa noche, posteriormente se unieron algunas más y así empezaron a compartir en otros espacios y salidas.
"Fue muy natural como se fue dando todo”, concluyen, y es que se ríen de las mismas cosas. El sentido del humor fue esa sincronía que allanó su camino.
#DijoQueSí
Meses después ambos habían trascendido la amistad. Un viaje de Sergio, a su natal Santa Cruz hizo que ambos se dieran cuenta de que se extrañaban más de lo que se animaban a admitir.
Las llamadas se hicieron frecuentes, el Twitter y sus 140 caracteres habían dejado de ser suficientes. "No se sentía bien estar lejos de ella”, dice Sergio. "Regresó y me regaló un disco de Queen y fui la persona más feliz del mundo”, completa Naira.
En septiembre del año pasado formalizaron su relación. El siguiente paso era decírselo a sus amigos, algo que sucedió sin ningún contratiempo. Pasaron los meses y en febrero de 2016, el compromiso se consolidó con un anillo, el Día de Comadres.
Como la familia de Naira vive en Cochabamba y la de Sergio vive en Santa Cruz, además de otros puntos de Bolivia, decidieron hacer la boda en Cochabamba al considerarlo un punto intermedio.
La ceremonia y la celebración se alejaron del protocolo. Todo se realizó en los dominios de la naturaleza y concluyó con un grupo de saya afroboliviana.
El boceto del vestido de novia, videos, transmisiones en vivo y fotos fueron algunas publicaciones que conformaron el hashtag #BodaNyDez.
Eso es lo que pasa cuando gran parte de los invitados son tuiteros, pero además cuando los que no pudieron asistir, y también son tuiteros, quisieron formar parte de ese momento aunque sea por la red social, que cuenta con 310 millones de usuarios, en donde todo se inició.
"Ahí empezó todo, tengo personas que considero mis amigos en Twitter aunque no los conozca en persona. Y aunque no pudieron ir quería que sean parte de esto”, concluye Naira.
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